En las espinas de una rosa encontré el consuelo,
En las gotas del rocío de sus pétalos negros,
Allí murió aquel amor nuevo,
Vacío de cariño y lleno de sueños.
En su oscuro tallo murió mi aliento,
Bailó moribundo por sus hojas muertas,
Mientras gritaba tu nombre al viento,
Y esperaba tu respuesta.
Fueron sepultados por tus mentiras,
Por que ciegos en ti creyeron,
En ti, y en tus palabras prohibidas.
En su aroma murieron mis versos,
Cayeron presa de la niebla que me cegaba,
Aquella niebla echa de promesas y besos,
Que hicieron que a ti te los dedicara.
En aquella rosa negra entré lo que buscaba,
Pude quitarme lo que me oprimía el corazón,
Encontré la paz que deseaba,
Junto a la melodía de un eterno adiós.
Por: Carlainne
Por: Carlainne