Una vez más he pensado en ti,
En tus ojos, tu rostro, que raro.
Estoy cansado de ser así,
De todo lo que me ha pasado,
De verte en cualquier lugar,
En sueños, en mis versos olvidados,
Estoy arto y quiero cambiar,
Quiero cambiar este estado.
Dejar de ser sombra en la noche
eterna,
Para ser luz en el día nuevo,
Quiero dejarte atrás, maldita
hiedra.
Quiero que se avive mi fuego,
Ver quitar todas estas piedras,
Demolerlas, quitarlas de mi camino,
Dejar de ver como poco a poco
enhebras,
Con tus negros hilos, mi destino.
Quiero quemar todo lo que he sido,
Para poder ser polvo en el viento,
Porque durante años he fingido,
He jugado con todo, y ahora no te
miento,
Intentando vivir una vida que jamás
he querido.
He vivido como si esto fuera para
otro,
He jugado a ser el amo y señor de
todo,
Cuando solamente soy un corazón
roto,
Hundido en un profundo mar de lodo.
Y tu eres la única culpable de
todo,
Eres la mayor de mis agonías,
Por tu culpa. Por la mía,
Por creer en tus palabras vacías,
Por que fui el títere de tus
deseos,
Aquel que hacía lo que le pedías,
A cambio de unos breves paseos,
Y promesas que no merecía.
Maldita seas siempre,
Maldito sea tu recuerdo y tu sigilo,
Con el que poco a poco te acercabas,
El mismo con el que entraste en mí,
En mi alma herrante, en mi corazón,
Para dejarlo mortalmente herido.
Cuantas noches habré llorado por
ti,
Cuantas lagrimas derramadas.
Destrozaste mi ser sin compasión,
Fuiste veneno en mis venas,
Dolor marcado a vivo fuego,
Pronto purgaré mi alma de tu
recuerdo,
Terminaré al fin este infernal
fuego,
Cortaré los negros hilos de tus
telas,
Con las que tapabas mis ojos,
Y envolvías los despojos,
Que me quitaste, con esta condena.
Reflejas como un chico se da cuenta de que una chica a la que quería mucho en realidad solo se escondía tras una mascara de simpatía
ResponderEliminar